¿Qué hacen los arqueólogos?
¿QUÉ HACEN LOS ARQUEÓLOGOS?
Los arqueólogos estudian los objetos físicos, los lugares y los paisajes que los seres humanos han creado, modificado o con los que han interactuado. Su objetivo es conocer mejor la historia y las experiencias humanas. Los arqueólogos investigan las huellas físicas de las actividades humanas, que a veces se denominan cultura material. Estos materiales pueden ser muy recientes —como los objetos de la estantería de alguien o la basura del festival de Woodstock de 1969—.También pueden ser muy antiguos —como las primeras herramientas de piedra de hace 3,3 millones de años o las pinturas rupestres de hace 45.000 años en Indonesia—.
A veces, los arqueólogos estudian las huellas más pequeñas de las actividades humanas, como las formas microscópicas de los granos de almidón de maíz domesticado o los restos de comidas conservados en la placa que se forma en los dientes. También examinan algunos de los más grandes, como la antigua ciudad de Petra en Jordania o las pirámides mayas en México.
A los arqueólogos les interesa sobre todo la materialidad —las cosas que constituyen nuestras vidas—. A partir de estas cosas, pueden comprender cosas intangibles, como las creencias de las distintas culturas sobre la condición de ser persona, la relación con la noche de los antiguos humanos y la resistencia de la gente ante los cambios medioambientales.
Los arqueólogos son probablemente más conocidos por excavar yacimientos, ya sea revolviendo entre las cenizas de Notre Dame tras el incendio de 2019 o excavando entre los restos de más de 200 mamuts de 20.000 años de antigüedad. La excavación proporciona un proceso sistemático para revelar y recuperar la cultura material. Pero no es ni mucho menos el único método que utilizan los arqueólogos.
También profundizan en documentos históricos, traducen jeroglíficos antiguos, realizan entrevistas para conocer la historia oral de una cultura y miden los anillos de los árboles para hallar pruebas de cambios climáticos. Pueden utilizar el escáner lidar para descubrir antiguos yacimientos en la selva o proyectar rayos láser sobre muestras de suelo para determinar su antigüedad.
¿QUÉ TIPOS DE ARQUEÓLOGOS HAY?
En Norteamérica, la arqueología se considera un campo de la antropología. Los arqueólogos antropólogos utilizan un enfoque holístico para comprender la historia de la humanidad, desde los primeros orígenes hasta el presente. La arqueología también puede practicarse como parte de otros campos como los clásicos, la historia, los estudios religiosos o incluso la arquitectura. En estos campos, el estudio de los restos materiales y los textos históricos proporciona información adicional sobre la vida de las personas. Fuera de Norteamérica, la arqueología suele considerarse un campo propio, independiente de la antropología o la historia.
Cuando se le pregunta a un arqueólogo qué tipo de arqueología practica, lo más probable es que responda que su trabajo se centra en una época, un lugar o el uso de un método concretos. Los arqueólogos históricos estudian la formación del mundo moderno: el auge del capitalismo global y las redes mundiales asociadas a la expansión europea y el colonialismo. Los paleoarqueólogos investigan historias humanas antiguas. Los zooarqueólogos estudian los restos de animales. Los arqueobotánicos examinan restos vegetales. Y los bioarqueólogos investigan los restos humanos.
Los arqueólogos pueden centrarse en métodos y lugares aún más específicos. Por ejemplo, los arqueólogos marítimos trabajan en costas, puertos y yacimientos subacuáticos. Los arqueólogos digitales utilizan la fotografía, la reconstrucción en 3D, la realidad virtual y otras tecnologías en sus investigaciones. Los mayistas exploran el patrimonio maya, mientras que los andinistas trabajan en los Andes.
Además, la arqueología indígena implica el trabajo realizado con, para y por las naciones indígenas. Este campo en expansión reconoce la soberanía de las naciones indígenas para cuidar y proteger su patrimonio e incorpora las perspectivas indígenas a la investigación. Los proyectos de arqueología indígena también están impulsados por las necesidades de las comunidades indígenas y cuentan con su participación directa.
¿CÓMO PUEDO TRABAJAR EN ESTE CAMPO?
Aunque muchos arqueólogos traen a sus hijos al trabajo, la mayoría de la gente no llega a conocer la arqueología hasta que entra a la universidad. Los arqueólogos profesionales suelen empezar por obtener un bachillerato y trabajar como técnicos de campo en la gestión de recursos culturales, o lo que se denomina “arqueología de cumplimiento”. Los empleos de nivel inicial en este sector suelen pagarse por horas y pueden ser estacionales. Los técnicos de campo realizan los estudios de campo, las excavaciones y los análisis de laboratorio que mucha gente asocia con la arqueología.
Los gestores y técnicos superiores de recursos culturales requieren experiencia y títulos profesionales como un máster o un doctorado. Proporcionan apoyo de supervisión en proyectos y asumen el papel principal en la redacción de informes y consultas con organismos, tribus, promotores y otros agentes en el proceso de cumplimiento.
Además de la educación formal, los arqueólogos necesitan formación de campo y de laboratorio. Hay una serie de escuelas de campo y programas de formación en laboratorio, voluntarios y de pago, abiertos a adolescentes y adultos de todas las edades. Aunque se puede acceder a un puesto de arqueólogo de nivel inicial tras haber completado una temporada de campo, para ser supervisor se necesita al menos un año de experiencia en el campo.
Los arqueólogos, especialmente a nivel de maestría o doctorado, también cultivan una o más especialidades. Estas pueden incluir técnicas como la teledetección, sistemas de información geográfica (SIG) y genética. También pueden especializarse en cerámica, herramientas de piedra y otros materiales.
¿CÓMO TRABAJAN LOS ARQUEÓLOGOS CON EL PATRIMONIO CULTURAL?
Las primeras preguntas que se hacen los arqueólogos en cualquier región son: ¿Con el patrimonio de quién estoy trabajando? ¿Y qué responsabilidades conlleva trabajar con estas gentes, sus pertenencias y sus historias?
La obtención de permisos gubernamentales y, a menudo, de permisos de las comunidades locales afiliadas, es un requisito previo a cualquier investigación arqueológica. Para solicitar los permisos, los arqueólogos también deben elaborar un plan en el que se describan claramente las preguntas que busca contestar la investigación y se detallen todos los procedimientos previstos, incluidas las posibles repercusiones del trabajo. Los gobiernos locales exigen estos planes como forma de proteger el patrimonio arqueológico para las generaciones futuras.
Muchos arqueólogos trabajan con el público para difundir información sobre el patrimonio y las historias nacionales compartidos. Cada vez más, trabajan junto a las comunidades locales y descendientes. De hecho, en muchos casos, los arqueólogos de esas comunidades lideran esta labor.
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En Estados Unidos, leyes sobre recursos culturales como la Ley Nacional de Conservación Histórica protegen el “registro arqueológico” —vestigios materiales de la vida humana en el pasado—. Bajo estas leyes, los arqueólogos tienen la autoridad, como expertos en la materia, de evaluar y llevar a cabo estrategias para preservar los yacimientos y el patrimonio culturales. Los arqueólogos suelen excavar y recuperar información sobre yacimientos que corren peligro inmediato de sufrir daños o ser desplazados de su emplazamiento original.
Sin embargo, la excavación también es una práctica destructiva. Sin el permiso explícito de las Tribus Nativas Americanas, la excavación de yacimientos nativos americanos es una violación de la soberanía tribal — el derecho de las tribus a autogobernarse—. Como naciones soberanas, las tribus tienen derecho a determinar por sí mismas cómo se tratarán sus recursos culturales y dónde se ubicarán.
Sin embargo, los derechos de los pueblos indígenas de proteger sus recursos culturales y sus antepasados no siempre fueron evidentes ni estuvieron codificados por la ley. A finales de la década de sesenta, durante el apogeo de la era de los derechos civiles, la protección y repatriación de materiales ancestrales se convirtió en una cuestión destacada para los activistas nativos americanos. El Movimiento Indio Americano y otros activistas nativos de Estados Unidos organizaron sentadas en yacimientos arqueológicos. Por ejemplo, Maria Pearson, una sioux yankton, defendió incansablemente la repatriación en proyectos de desarrollo y museos de Iowa.
Estos y otros esfuerzos de los pueblos y tribus indígenas estadounidenses condujeron a la aprobación de la Ley de Protección y Repatriación de Tumbas de los Indígenas Estadounidenses (NAGPRA, por sus siglas en inglés) en 1990. Esta fue la primera ley que abordó por fin la protección y repatriación de recursos culturales y antepasados desde la perspectiva de la legislación sobre derechos humanos específicamente para los pueblos indígenas de Estados Unidos.
A pesar de los temores de algunos arqueólogos de que la repatriación acabaría de alguna manera con la disciplina, la repatriación ha transformado en cambio la investigación arqueológica en una práctica que se realiza en consulta y colaboración con los pueblos indígenas. Sin embargo, el sistema jurídico estadounidense presenta algunos fallos en lo que respecta a la repatriación. Por ejemplo, la NAGPRA solo tiene en cuenta el patrimonio cultural y los antepasados de los pueblos indígenas estadounidenses. Hay muchas otras comunidades que también deberían poder proteger y repatriar su patrimonio y sus antepasados, como el African Burial Ground de Nueva York.
Aún queda mucho trabajo de repatriación por hacer para las tribus nativas americanas y otras comunidades. Además, los esfuerzos de repatriación deben aumentar en los países donde no se aplica la NAGPRA. Estas iniciativas forman parte del modo en que la arqueología sigue evolucionando y reflexionando sobre su papel a la hora de ayudar a curar los daños del pasado y del presente, y de cuidar el patrimonio de cara al futuro.
¿QUÉ SE PUEDE HACER CON UN TÍTULO DE ARQUEOLOGÍA?
Menos del 10% de los arqueólogos activos trabajan como profesores universitarios o en museos o laboratorios arqueológicos. La gran mayoría de los arqueólogos trabajan en la gestión de recursos culturales o en la arqueología de cumplimiento. Los arqueólogos que desempeñan estas funciones son responsables de la arqueología en terrenos públicos o en interés del público. Por ejemplo, pueden estudiar e identificar yacimientos en la trayectoria de la construcción de carreteras u oleoductos o tratar de limitar la destrucción de estos lugares documentándolos. También pueden consultar con las naciones indígenas y diversos grupos de descendientes para asegurarse de que sus prioridades se incluyen en los planes de tratamiento para proteger el patrimonio cultural.
Los gestores de recursos culturales pueden ser contratados por una administración local, estatal o federal para revisar los proyectos propuestos y llevar a cabo actividades arqueológicas en los terrenos supervisados por el organismo. También pueden trabajar para una empresa contratista encargada de evaluar y mitigar el impacto de los proyectos de desarrollo en el patrimonio arqueológico.
Cada vez son más los arqueólogos de Estados Unidos y Canadá que trabajan para y con las Naciones Tribales y las Primeras Naciones. Las naciones indígenas también emplean a sus propios arqueólogos y administradores culturales para cuidar y proteger las tierras y el patrimonio ancestrales. En estos puestos, los arqueólogos pueden supervisar proyectos de desarrollo en tierras indígenas cedidas y no cedidas, trabajar directamente para los gobiernos de las Naciones Indígenas para combatir las amenazas al patrimonio indígena relacionadas con el clima, o trabajar para traer a casa a los niños desaparecidos que asistieron a internados históricos. Además, las empresas de gestión de recursos culturales dirigidas por arqueólogos indígenas trabajan a menudo de forma independiente o en colaboración con los gobiernos tribales.